¡Me desesperas! La pelea entre el Chavo y Quico que llevó a una olvidable serie en Venezuela

En la década del '70, el fenómeno mexicano de El Chavo del Ocho (creado por Roberto Gómez Bolaños, alias Chespirito) parecía no tener un techo. Capítulo tras capítulo la serie iba sumando cada vez más fanáticos y el éxito no dejaba de crecer. Si hasta se mantiene hasta la actualidad, con generaciones distintas riéndose a carcajadas mientras ven alguno de los episodios de la vecindad.

Sin embargo, toda la armonía y lo que cantaban sobre la bonita vecindad no parecía sostenerse cuando las cámaras se apagaban y los personajes dejaban de ser niños, amigos y vecinos para volver a ser los actores que los personificaban. Hace unos días, María Antonieta de las Nieves (la Chilindrina en la serie) recordó el juicio que mantuvo durante 18 años con Gómez Bolaños y relacionado con lo derechos de uso del personaje de la niña pecosa. Pero no fue el único conflicto.

En 1978, cuando la relación profesional entre varios de los integrantes del elenco no pasaba por su mejor momento, Carlos Villagrán tomó la sorpresiva decisión de dejar el programa. El propio Carlos adjudicó en reiteradas oportunidades el "portazo" a una cuestión de celos de Chespirito, ya que Quico (el personaje de Villagrán) empezaba a eclipsar al Chavito en las propias giras. De esta manera, el Chavo debería seguir sin su mofletudo amigo.

A Villagrán se lo intentó convencer de encabeza un programa diferente con Quico como protagonista en la mismísima cadena Televisa, donde brillaban los personajes de Chespirito. Pero fue "vetado" -según palabras del propio Villagrán- por el propio Gómez Bolaños; en México y en otros canales de América Latina. El conflicto sobre los derechos del personaje del hijo de Doña Florinda se trasladó también a la Justicia. ¿El resultado?: los derechos de uso de Quico fueron otorgados a Chespirito.

El paso frustrado a Venezuela

Con las puertas prácticamente bloqueadas en la televisión mexicana y en otros países, Villagrán llevó su idea de un programa que lo tuviera como estrella a Venezuela. Sin los derechos del personaje de Quico, el actor dio forma a un niño que terminaría siendo una copia del niño que personificaba. Se llamaba Federrico (con dos R, y que en definitiva era el nombre de Quico y por el que lo llamaba su madre cuando se enojaba). Además, el nuevo protagonista mantenía su traje de marinero; aunque en color blanco. Si hasta la trama era prácticamente calcada.

La producción fue emitida por la cadena Radio Caracas Televisión en 1982 y constó únicamente de 29 capítulos divididos en dos temporadas. Pese a que no tuvo el éxito que quizás imaginó Villagrán, se dio un lujo bastante particular: contó durante la primera temporada con otro viejo conocido, el entrañable Ramón Valdés, quien personificó en la serie de la TV venezolana a Don Moncho (otra caracterización prácticamente calcada al Don Ramón original del Chavo).

El paso del tiempo limó las asperezas, Kiko recuperó su nombre (aunque con K para evitar posibles conflictos judiciales nuevos) y los dos amigos de la vecindad firmaron la paz también en la vida real..