Una leyenda eterna

Emotivo adiós: Ennio Morricone, el músico a quien todos hemos escuchado

El músico italiano falleció este lunes a los 91 años. Su obra ha sido la BSO de infinidad de películas; clásicas y no. Y muchas de ellas trascendieron a la cinta en sí. Te dejamos tres composiciones de Morricone, de esas que de seguro conoces, aunque no recuerdes o no hayas visto la película
lunes, 6 de julio de 2020 · 19:30

La banda de sonido original de una película es tan importante -o quizás más- que la película en sí. Todos hemos visto alguna vez una película olvidable, y que -de hecho- hasta hemos logrado olvidar con facilidad y por suerte. Pero con la música es más difícil este ejercicio. Ni hablar cuando, además, la música es buena; y hasta mejor que la película.

Este lunes falleció a los 91 años el compositor italiano Ennio Morricone; uno de los músicos de películas más importantes del siglo XX. Y sus obras quedarán por siempre en nuestra memoria auditiva; muchas veces asociando la canción a una película en particular, y otras tantas sobrepasando el éxito y el recuerdo de la cinta. Junto con el estadounidense John Williams (otro emblema de las BSO de películas que de seguro todos hemos visto y escuchado), este año ambos compositores recibieron el premio Princesa de Asturias de las Artes.

Tres canciones que superaron las películas

 No resulta nada fácil elegir sólo tres canciones de Morricone, ni tampoco es sencillo separarlas de sus películas. Pero hay, por lo menos, tres creaciones de Ennio que lograron trascender de su hábitat inicial -una película- para convertirse en bandas sonoras de publicidades, actos o situaciones cotidianas.

El bueno, el malo y el feo es un clásico del género spaghetti western, que en la segunda mitad del siglo XX llevó a que varios directores italianos incursionaran en películas del lejano oeste. Esta película, del año 1966 y dirigida por Sergio Leone, tenía a Clint Eastwood como el protagonista central. Y la música que Ennio Morricone compuso especialmente para esa obra se convirtió desde entonces en la columna vertebral de cualquier publicidad o escena que estuviera centrada en el Lejano Oeste. O que intentara evidenciar cierta tensión confrontativa entre dos o más personajes en cualquier situación.

En 1989, la película Cinema Paradiso (estrenada un año antes y dirigida por Giuseppe Tornatore) ganó el Oscar a Mejor película de habla no inglesa. El film terminaría por convertirse en un clásico, con un mensaje de rebeldía ante cualquier situación de censura; como por ejemplo la que regía en la época en que está centrada la trama de la película y donde un sacerdote había prohibido la proyección de cintas en que los protagonistas se besaran. Pero la escena final, con la música de Ennio Morricone sonando mientras Salvatore Di Vita (Toto) mira emocionado hasta las lágrimas todas escenas de besos que habían sido censuradas; llegó a ser más memorable que la película propiamente dicha. 

Hay tres detalles que convierten a La Misión (película de 1986 y dirigida por Roland Joffé) en un maravilloso clásico: el argumento (con actores como Robert De Niro, Jeremy Irons, Aidan Quinn y Liam Neeson; entre otros), los paisajes (está filmada en las Cataratas del Iguazú, en el límite entre Argentina y Brasil) y la música (por supuesto, compuesta por Ennio Morricone).