¡Inolvidables! Los mejores 5 momentos de "Yo soy Betty, la fea"

El fenómeno Yo soy Betty, la fea regresó y para quedarse. Aunque bien podríamos decir que nunca se fue. Porque Betty, Don Armando, el Cuartel de las Feas y los personajes de Ecomoda siempre nos acompañaron en nuestros recuerdos y en las charlas y reuniones sociales. ¡Cómo para no hacerlo!, si tiene el récord de ser la telenovela más exitosa de toda la historia. Y aunque fueron solo dos años (en Colombia se emitió entre 1999 y 2001), se convirtió en un éxito televisivo en más de 180 países, se tradujo a 25 idiomas y tuvo 28 adaptaciones.

Aprovechando su retorno a la televisión y su estreno en la plataforma Netflix, repasamos 5 de los incontables mejores momentos de la ficción que giró en torno a la vida de Beatriz Pinzón Solano y su amor con Armando Mendoza. Aclaración: elegimos solo 5, pero eso no significa que no puedan ser 200. Estos son los mejores, según el sitio web del canal RCN, que produjo y emitió la novela.

Trilingüe

Aunque desde las apariencias podía llegar a sentirse en desventaja -estereotipo que la misma ficción refuerza con tintes humorísticos-; desde el primer momento Betty decide enfrentar la situación cara a cara. Por eso mismo, cuando llega a su primer entrevista en la revista Ecomoda; mientras se entrevista con Saúl Gutiérrez saca a relucir sus ventajas por sobre la atractiva Patricia Fernández; con quien comparte entrevista.

"Yo hablo inglés, francés y un poco de italiano", responde nuestra querida Betty, nerviosa y con la voz temblorosa (como siempre la vimos). Y marca la ventaja por sobre su rubia competidora, quien había confesado que hablaba "más o menos inglés".

Y aunque Don Saúl elige a Patricia para ocupar el cargo (inmediatamente después de preguntar por los idiomas, consulta sobre el estado civil de las mujeres); Don Armando finalmente contrata a Betty como su secretaria tras una nueva entrevista.

Jamás besada

El momento más esperado de cualquier telenovela es el del primer beso entre los protagonistas, aquellos que sabemos que van a terminar por casarse al final de la ficción. Sin embargo, las condiciones en que se da este primer beso entre Betty y Don Armando no son las óptimas, no solo por el desenlace; sino por el malévolo plan que idea el galán para aprovecharse de ese enamoramiento.

Afortunadamente, luego los caminos de ambos terminan por cruzarse en la senda del romanticismo y el verdadero amor.

El balance real

La venganza es un plato que se sirve frío. Y Betty, que supo esperarla, encuentra el momento para perpetrar la suya al entregar en la junta directiva el informe de la empresa. En lugar de entregar el balance económico que había sido "dibujado" con números positivos y optimistas, nuestra heroína entrega aquel que deja en evidencia la pésima administración.

En nuestras casas este momento se celebró, se festejó y hasta experimentamos una satisfacción interior enorme al ver cómo, al igual que reza la frase; quien ríe último, ríe mejor...

La nueva Betty

La belleza de Ana María Orozco (la actriz que interpreta a Betty) es conocida por todo el mundo; así como también todo el trabajo que se hizo en la novela para convertir a Betty en "la fea". Sabiendo esto, no había (ni hay) momento en que no ansiemos verla sin tanto disfraz; sino que se muestre más auténtica.

Pues bien, esto finalmente ocurre cuando nuestra protagonista renuncia a Ecomoda y viaja a Cartagena con Catalina Ángel, alias "doña Catalina". Con ayuda de su asistente, Betty cambie su imagen y gana más confianza en sí misma. Tanto que, ya de regreso a la revista a la que había renunciado, nadie puede creer que la mujer que renunció es la misma que regresó. De hecho, ¡nadie la reconoce al comienzo!.

Querido diario

Con la culpa carcomiéndolo por dentro, así se lo ve a Don Armando Mendoza encerrado en la oficina; repasando con angustia cada una de las líneas del diario íntimo de Betty, donde la secretaria se explaya en todas sus penas y padeceres y de los cuales muchos lo tienen a Armando como su cruel protagonista.

Enajenado por la furia, Mendoza estalla en gritos, arrojando todo lo que se encuentra sobre la mesa. Un momento en el que el mismo Armando cae en la cuenta de sus abominables acciones.

De yapa: el final feliz

Aunque podríamos discutir durante horas y horas si era el desenlace que merecía Don Armando con toda su maldad a cuestas, lo cierto es que podría decirse que el final de Yo soy Betty, la fea entra en la categoría de final feliz. Y es que ambos protagonistas se casan, luego de que Betty (quien quizás también merecía otro final) le diera una segunda oportunidad a su jefe.

Como en la mayoría de las telenovelas, el amor triunfa. Y una Betty que ya ha perdido todo lo que podía llegar a tener de su mote de "fea" da el sí, perdidamente enamorada de un Armando que también enloquece por la mujer.