La maldición del musical de Spiderman: muertes, graves accidentes y una deuda millonaria

Spiderman es uno de los superhéroes más emblemáticos del multiverso Marvel y uno de los personajes ícono creados por el eterno Stan Lee. Dentro de las adaptaciones de los cómics de Marvel, ostenta dos récords: es el héroe con más películas desde la década del 70 (son 8 en total); y además cuenta con 9 series de animación.

Presentado en el mundo de las historietas en agosto de 1962, esta semana se cumplieron 53 años del estreno de la mítica serie animada Spiderman en la televisión de Estados Unidos. Sin embargo, en esta ocasión no nos detendremos en la primera de las series ni en sus películas. Hablaremos de un fiasco prácticamente sin predecentes: el musical Spiderman: Turn Off the Dark.

Un fiasco 

El musical Spiderman: Turn off the Dark (cuya traducción sería Spiderman: Convirtiéndose hacia la Oscuridad) ya pasó a mejor vida. Sin embargo, desde sus inicios asomaba como prometedor: una mega producción de Broadway que contaba nada más y nada menos que con la producción de Bono y The Edge, vocalista y guitarrista respectivamente de U2. Pero su destino era estar maldito desde el principio.

Luego del éxito de la película de Sony, Spiderman (2002); surgió la idea del musical. Estaba pensada desde el primer momento como un proyecto teatral de ese género que rescataba los orígenes del héroe cuyo alter ego era el fotógrafo Peter Parker. Ese mismo año se comenzó con la producción y el elegido para llevarlo adelante fue Tony Adams.

Pero en 2005 Adams sufrió un derrame cerebral, lo que derivó en su muerte. La maldición del musical empezaba a dejar sus huellas y se cobraba su primera víctima. Para peor, el estreno al público sería recién en 2011; casi una década después de que se comenzara a trabajar en el proyecto, Y no sería nada fácil.

Pérdidas millonarias y graves lesiones

Para 2010, la producción ya contaba con una deuda cercana a los 65 millones de dólares que había demandado su presupuesto. Su estreno oficial había sufrido seis postergaciones (solo se habían hecho puestas en escena especiales para críticos); y mantener viva una producción que no había sido estrenada aún tenía un costo de un millón de dólares semanales.

Cuando fue estrenada (2011), la deuda acumulada ascendía a 75 millones de dólares; lo que convertía a Spiderman: turn off the Dark en el musical más caro de la historia de Broadway. Como si con todo esto fuera poco, a la muerte de su primer productor se le habían sumado ya 6 accidentes graves entre el elenco.

Tres dobles de riesgo tuvieron caídas en las escenas de vuelo; y una actriz sufrió una contusión cerebral tras un golpe en su cabeza.

Su tan esperado estreno no fue del todo malo. Cosechó buenas críticas en lo referido a lo visual y lo musical; pero lo argumentativo terminó por hundirla en un grandísimo fracaso. Y aunque obtuvo buenas recaudaciones (sobre todo en sus primeras semanas y pese a lo costoso de los boletos); en 2014 fue cancelado.