Más vigente que nunca

¡La niña que nunca crece cumple 56 años! 5 motivos por los que Mafalda es querida en todo el mundo

La niña apareció por primera vez el 29 de septiembre de 1964, en la revista argentina Primera Plana. Y aunque ya supero las cinco décadas, siempre va a ser esa niña que incomoda con sus preguntas y planteos, a quien desvela las guerras e injusticias; y cuyos dilemas siempre son actuales.
martes, 29 de septiembre de 2020 · 15:00

Pese a que este martes cumplió 56 años, ella siempre será esa pequeña niña que no deja de preocuparse por las guerras, el hambre y las desigualdades en el mundo. Que detesta la sopa, que reniega del rol de ama de casa exclusivo para la mujer y que incomoda a los adultos con esas preguntas que todos nos hicimos y nos hacemos todavía. Hablamos de Mafalda.

El 29 de septiembre de 1964, la niña morocha, con corte de cabello carré y un moño que adornaba la parte alta de su cabeza hacía su primera aparición en la revista argentina Primera Plana. Su autor era Joaquín Lavado, nacido en la provincia de Mendoza (en ese país) y que es conocido en el mundo entero como Quino y gracias sus tiras y su punzante y reflexivo humor.

Sin fronteras

Más allá de que por su vacbulario y por la ambientación de sus tiras se deduce que Mafalda vive en Buenos Aires o en otra ciudad argentina, sus preocupaciones son ajenas a los límites de cualquier país. La desigualdad social y las constantes amenazas de guerra son sus preocupaciones principales; al igual que constantes críticas al capitalismo en su versión más caníbal.

Fuente: Instagram @mafaldadigital

Mafalda podría haber nacido en Mendoza, en Buenos Aires, en la Ciudad de México o hasta en Madrid; solo por mencionar algunas de las ciudades donde -aún al día de hoy- es sensación y sus tiras se leen entre personas de todas las edades. Muchas de sus viñetas están relacionadas con la censura característica de los gobiernos de facto en toda América Latina.

Todos hemos sido o somos Mafalda

Desde algo tan básico como son los celos por un hermano menor (en el caso de Mafalda, Guille) o el odio a la sopa; hasta aquellos planteos existenciales que obligaban a sus padres a tener siempre pastillas para los nervios el en botiquín. Todos en algún momento de nuestras vidas nos sentimos Mafalda, o nos vimos reflejados en alguna de sus tiras.

Fuente: Instagram @mafaldadigital

El temor que a cualquiera lo invade antes de empezar la escuela, los planteos existenciales sobre por qué cualquier conflicto entre naciones debe "arreglarse" con una guerra o esos juegos de palabras que siempre terminan por derivar en alguna incoherencia; en algún momento a todos y todas "nos salió la Mafalda de adentro".

Fuente: Instagram @mafaldadigital

Sus personajes

Siempre con la ironía al alcance de la mano, muchos de los personajes que secundan a Mafalda (amigos o familias) representan algunos de los estereotipos más comunes; esos que no faltan en ningún grupo.

Fuente: Instagram @mafaldadigital

El soñador que deja volar su imaginación y evade sus responsabilidades (Felipito) o la niña que tiene en claro que nació para ser madre y codearse con la clase alta (Susanita). El niño que ve la posibilidad de hacer negocios en todo (Manolito, a quien se le suma además el estereotipo tierno y bruto de España) o la soñadora idealista, bien llamada Libertad.

Sin caducidad

Más allá de que muchas de sus preocupaciones están basadas y delimitadas por hechos concretos e históricos (Guerra de Vietnam, conflictos en Oriente, miedo al poderío chino); la mayoría de las preocupaciones o planteos que desvelan Mafalda no pierden vigencia. Porque, como suele decirse, la historia es cíclica y los déjà vu son una constante.

Fuente: Instagram @mafaldadigital

Por esto es que no sorprende que en siempre haya una tira de Mafalda que se ajuste a cualquier situación; como en momentos en que la tensión entre dos o más países entra en una efervescencia bélica, o cuando un golpe cívico - militar comienza a gestarse en cualquier sistema democrático.

Feminista

El voto femenino, la igualdad salarial e -incluso- la posibilidad de que hombres y mujeres desempeñen las mismas funciones también llevan a que Mafalda esté más vigente que nunca. Estos planteos, quizás no tan visibilizados en la década del '60; son parte de la personalidad de Mafalda. Y la convierten en un ser entrañable e ícono del feminismo.

Aún cuando, siempre con un humor afilado, se tome la licencia de basarse en los estereotipos para dejar en evidencia las diferencias marcadas por el género.