En 'The Crown' y en la vida real: las 5 normas que nadie puede romper dentro de la Realeza Británica

Si hay algo que nos ha permitido The Crown, la serie británica dirigida por Peter Morgan y que es sensación en Netflix, es conocer a la realeza británica y verla por dentro como nunca antes la vimos. A lo largo de las 4 temporadas disponibles, hemos podido repasar el reinado de Isabel II y también vivir desde adentro sus principales escándalos (y los de toda la Familia Real).

Y aunque desde La Corona no han aprobado la serie y no dejan de insistir con el pedido para que los productores aclaren al comienzo de cada episodio que se trata de una ficción; lo cierto es que –más allá de lo que pueda surgir de la cabeza de los realizadores-, The Crown repasa como pocas películas y series anteriores la intimidad de Isabel II y su familia.

Incluso, ya en la temporada 4 la serie ahondó en la tormentosa y difícil relación entre Diana Spencer y el Príncipe Carlos (hijo de Isabel II y Felipe de Edimburgo); y la mesa quedo servida para que revivamos el divorcio en la quinta temporada.

Pero no solamente nos permitió conocer los escándalos, sino otras tantas intimidades referidas a sus rutinas, sus pasatiempos y protocolos. ¡Y no dejan de ser sorprendentes!.

5 normas irrompibles en la realeza

Interactuar de cerca o en primera persona con la Familia Real Británica no es para cualquiera. Muy probablemente las escenas reconstruidas en The Crown sean lo más cerca que vayamos a estar de Buckingham en nuestras vidas. Pero eso no quita que podamos hacer alarde de nuestros conocimientos sobre las normas y protocolos.

• Con la autorización de la Reina.
  Ningún miembro de la Familia Real puede comprometerse –sentimental y románticamente hablando- con nadie sin contar con el visto bueno de la soberana antes.
   
• Apretón de manos.
  La soberana británica solamente podrá ser saludada con un apretón de manos cuando ella sea quien primero extienda su brazo al invitado. Si no, habrá que conformarse con la reverencia.
   

• Para evitar grandes tragedias familiares.
  Hasta los 8 años, el heredero al trono (o la heredera) y sus hermanos no están autorizados a viajar en cualquier vehículo con sus padres. Esta norma tiene que ver con las probabilidades de que tenga ligar un trágico accidente, para evitar que se interrumpa la sucesión.
   
• Al compás del apetito de la Reina.
  En cualquier almuerzo o cena en que esté presente Isabel II, nadie podrá continuar degustando bocado una vez que la soberana haya finalizado.
   

  

  
   
• Fríos y distantes en público.
  Lo aprendimos en The Crown y lo vimos en la vida real durante el velorio y despedida de Felipe de Edimburgo. Por cuestiones protocolares, ninguno de los integrantes de la Familia Real está autorizado a realizar aparatosas y sentidas muestras de afecto. Lo más sensible que se permite es tomarse de las manos entre sí.