El temible Tripaseca, el villano que interpretaba Ramón Valdés y que en nada se parecía a Don Ramón

Enumerar a todos los personajes creados por Chespirito es una tarea difícil, por no decir imposible. Y es que no nos referimos únicamente a aquellos interpretados por el propio actor y director mexicano (cuyo nombre real era Roberto Gómez Bolaños), sino a los que interpretaban los otros actores y actrices.

En el caso de los que eran representados por Chespirito, todos tenían la particularidad de que sus nombres comenzaban con CH y ello hace que sea más fácil de recordarlos. El Chavo, el Chapulín Colorado, el Doctor Chapatín, el Chompiras y Chaparrón Bonaparte son algunos de ellos.

Claro que una de las fortalezas de los programas de Chespirito era –y sigue siendo- la gran cantidad de artistas talentosos que lo acompañaban. Y el caso de Ramón Valdés es uno de los más emblemáticos. Porque no solo el personaje de Don Ramón (en El Chavo) era querido por los fans, sino que el actor se metió en el corazón de los espectadores y sus compañeros de elenco.

Por fuera del papá e la Chilindrina, en los distintos sketches, Valdés daba vida a otros personajes. Y si bien todos tenían las características que convertían a Monchito en una persona por demás querible, había uno de ellos que llegaba a intimidar.

Quién era el Tripaseca

Ya el nombre de El Tripaseca es un tanto intimidante y perturbador. Hace unos días recordamos la historia del Cuajinais (interpretado por Carlos Villagrán) y quien era el archienemigo del Chapulín Colorado. Como el Joker con Batman.

El Tripaseca (a quien daba vida Ramón Valdés) era uno de los compañeros del Cuajinais, más bien uno de los secuaces de la banda. De hecho, completaban el grupo de bandidos Minina (Florinda Meza), el Shorty (Rubén Aguirre) y, en ocasiones, el Botija (Édgar Vivar).

Y aunque muchas veces el Chapulín debía lidiar con situaciones domésticas para sacar a relucir su talento y habilidad (ambas, accidentales), en otros episodios era contra las fechorías de estos villanos contra los que debía luchar el Chapulín Colorado.

Una de las constantes de El Cuajinais, el Tripaseca y del resto de la banda de mafiosos era que nunca se salían con la suya y, pese a su torpeza, la nobleza del Chapulín (la misma de la que se aprovechaban) se imponía contra la injusticia.

Intimidante

Con sus ojos saltones y ese imponente bigote, el Tripaseca imponía algo de temor y respeto. O al menos intentaba hacerlo. Una mueca de enfado en la que mostraba sus relucientes dientes blancos, un cigarro y un sombrero de ala ancha eran sus principales rasgos distintivos.