Una terrible docuserie basada en un hecho real
Netflix: la serie sobre un crimen en los años ‘90 que dura tan sólo 4 capítulos
"A Fondo: La desaparición de Birgit Meier" es la serie que repasa el caso real de una mujer que estuvo 28 años desaparecida en Alemania y que fue asesinada por un violento y aterrador jardinero.Probablemente lo más aterrador de la ya de por sí escalofriante trama de la serie "A Fondo: La desaparición de Birgit Meier" -disponible en Netflix- es que se trata de una historia real. El asesinato de una mujer en Alemania, la inoperancia policial y el incansable trabajo del hermano de la víctima son todos hechos verídicos, que acontecieron en un pequeño pueblo alemán entre 1989 -cuando Birgit desapareció misteriosamente- y 2017 -cuando el cadáver de la mujer fue encontrado enterrado-,
"A Fondo: La desaparición de Birgit Meier" fue estrenada en Netflix a fines de 2021, consta de 4 episodios y repasa la espeluznante historia de esta mujer, que fue asesinada por un perverso jardinero. Pasaron 28 años entre que se produjo la desaparición y fue encontrado el cuerpo sin vida de Birgit, y en ese lapso el asesino -identificado como Kurt-Werner Wichmann- se quitó la vida.
Incluso, la Policía logró constatar que Werner Wichmann era el asesino de Birgit y de varias mujeres más (se cree que en total asesinó a 24) cuando el hombre ya había muerto. Anteriormente, no solo que vivió en libertad, sino que incluso logró sortear en varias oportunidades a la policía, aun cuando ya contaba con antecedentes de violencia y abuso sexual cuando se lo entrevistó por primera vez en calidad de "sospechoso" por la desaparición de Birgit Meier.
La historia real del aterrador crimen que fue convertido en serie por Netflix
El 14 de agosto de 1989 fue la última vez en que alguien tuvo contacto con la fotógrafa Birgit Meier (41). Vivía en el pueblo alemán Lüneburg y fue su entonces esposo -de quien se estaba separando- Harald Meier la última persona que la vio. Yasmine, la hija de ambos, fue la última persona que habló con ella. Pero al día siguiente, cuando la joven fue a visitar a su madre, no la encontró.
La misteriosa desaparición de Birgit Meier se convirtió en un tema del que todo el pueblo hablaba. Los días pasaban y nada se sabía de la mujer. El hermano de la mujer, Wolgang Sielaff -policía de la ciudad de Hamburgo- se comprometió de manera personal en la búsqueda de Birgit e intentó reactivarla y mantenerla activa por todos los medios. Pero era poco lo que se sabía.
En un principio el esposo de la mujer se convirtió en el principal sospechoso, aunque de a poco fue tomando protagonismo el nombre de Kurt-Werner Wichmann. La versión de que este hombre -simpático, atractivo físicamente y políticamente correcto a simple vista- trabaja en la casa vecina de Birgit y hasta habían coincidido en una fiesta llevó a que la Policía local lo citara. Pero el correcto hombre, con mucha cortesía, negó conocer a Birgit Meier y la lupa dejó de estar posicionada sobre él.
Prófugo, detención y suicidio
Según se puede ver en la serie de Netflix, el accionar de la policía de la ciudad en que desapareció Birgit Meier dejó mucho que desear desde el principio. Ya cuando lo citaron a declarar por primera vez como supuesto sospechoso, Werner Wichmann contaba con peligrosos antecedentes por delitos sexuales y había estado detenido. Pero no lo investigaron lo suficiente y pudo escaparse. Tiempo después se reactivó la hipótesis del jardinero como principal sospechoso, y cuando los efectivos regresaron para allanar su casa, el sospechoso no estaba. Y nunca regresó.
Era 1993, habían pasado ya 4 años de la desaparición de Birgit Meier y, durante el allanamiento, en una habitación prácticamente blindada se encontraron cadenas, armas, revistas XXX, drogas y hasta elementos de reivindicación al nazismo. El misterioso jardinero -de 44 años por entonces- se había convertido en el sospechoso número uno. Pero ahora estaba prófugo.
El 11 de abril, de la manera más insólita, el jardinero cayó detenido: protagonizó un accidente múltiple y, tras revisar su auto, la policía encontró armas de fuego y dinero. Eso le valió quedar detenido, sin que siquiera los efectivos supieran en ese momento que estaban ante una de las personas más buscadas de Alemania.
Viéndose cercado por la situación y sabiendo cuál sería el desenlace inminente, el 25 de abril de 1993 Werner Wichmann se quitó la vida, colgándose en su celda con su cinturón.
La resolución
El hermano de Birgit Meier, Wolgang, nunc abajó los brazos. Y pese a que el principal sospechoso se había suicidado, no abandonó la investigación. Así fue como, con la ayuda de su cuñado y otros profesionales de confianza, en septiembre de 2017 dio con la pista que terminaría por resolver el caso.
Mientras buscaban alguna pista de la desaparición de Birgit en la casa de Werner Wichmann -habían pasado 28 años ya de la desaparición-, el piso inestable de un foso de vehículos que el hombre tenía en su casa los guió al esclarecimiento. El pie de una de las personas que ayudaba en la búsqueda quedó hundido a medias en la tierra. Cuando removieron la superficie, encontraron restos humanos y un cráneo en una bolsa. Las joyas que tenía pertenecían a Birgit Meier, algo que su marido confirmó en el acto. El ADN de los restos, comparados con los de la hija de la víctima confirmó científicamente lo que ya era casi un hecho: eran los restos de Birgit.