Fátiga crónica: ¿Cuáles son sus síntomas y su tratamiento?

La fatiga crónica puede estar asociada con un cansancio o agotamiento intenso por la actividad física o mental, pero no es tan así. El trastorno no tiene causas conocidas y si bien existen muchas teorías al respecto, puede desencadenarse por una gran combinación de factores que vamos a destacar a continuación.

El Síndrome de Fatiga Crónica, también conocido con otros nombres como enfermedad sistémica por intolerancia al esfuerzo o encefalomielitis miálgica (EM/SFC), se caracteriza por el agotamiento intenso y constante, pero no necesariamente se da por la actividad física y/o la mental. Tampoco mejora por el descanso.

Existen muchas teorías respecto a sus causas como las infecciones virales o el estrés psicológico, pero la realidad es que esto varía de acuerdo al paciente y para poder asegurar que se trata de este trastorno hay que realizar una gran variedad de pruebas médicas para también descartar otras afecciones.

Síntomas

Las personas que sufren de fatiga crónica sienten agotamiento y prácticamente no salen desde su casa. Según estudios de la UNAM, los médicos tienen dificultades para poder diagnosticar este trastorno, ya que no encuentran la razón de los síntomas, pese a que le dicen a los pacientes que no tiene nada. Esto lleva a una baja en el autoestima y a que el cuadro clínico empeore.

La fatiga crónica también ocasiona dolor articular que puede confundirse con artritis reumatoide o alguna otra molestia en los músculos. También se lo suele confundir con un cáncer por inflamación de los ganglios linfáticos. Mientras que otro síntoma común es el dolor en el pecho.

Las consecuencias de la fatiga crónica se manifiestan en la dificultad para movilizarse, pensar y/o tomar decisiones por lo que pueden afectar al funcionamiento laboral, académico, cognitivo y social. Además, pueden manifestarse dolores de cabeza, problemas gastrointestinales y cuadros gripales.

Tratamiento

Una vez que se diagnostica el Síndrome de Fatiga Crónica, el tratamiento es sencillo, ya que incluye una terapia cognitivo-conductual para ayudar a la persona y mostrarle cómo está conviviendo con la afección. Se recomienda también que las personas con este trastorno realicen ejercicios para mejorar su calidad de vida.

Habrá que prestar importante atención a esta afección en estos tiempos de cuarentena por coronavirus, ya que el quedarse en casa empeora el caso, además de disparar la hormona cortisol, que se libera como respuesta al estrés.