¿Tienes un limonero en tu jardín con hojas arrugadas? Conoce las causas y fáciles soluciones

El limonero es una de las plantas cítricas que podemos encontrar con mayor frecuencia en el jardín de cualquier vecino, superando por amplia diferencia al naranjo, por ejemplo. Este noble árbol nos provee de limón, permitiéndonos ahorrar varios pesos en la verdulería o supermercado. Ya sea un limonero tradicional o aquel que nos da fruto las cuatro estaciones del año, pueden sufrir la plaga denominada minador.

El minador afecta a los cultivos cítricos de cualquier jardín, causando serios daños en brotes tiernos, especialmente en el limonero. Es necesario cuidar a la plata y protegerla de esta enfermedad, ya que puede provocar que las hojas se arruguen y, posteriormente, se caigan. En consecuencia, las hojas que vayan brotando del árbol aparecerán arrugadas, con marcas lineales y enroscadas, todo esto producido por dicha plaga.

Cualquier limonero es una tentación para el minador, que pertenece a la familia de las mariposas y constituyen una de las enfermedades más importantes, generando la pérdida parcial o total del fruto. Si bien la enfermedad afecta a los cítricos, también pueden atentar contra la integridad del tomate o la lechuga.

Cada individuo que en su jardín tenga un cítrico, específicamente un limonero, debe llevar a cabo una serie de prácticas que servirán para detectar las plagas de Phyllocnistis citrella (nombre científico del minador) y así podrá combatirlas fácilmente, teniendo en cuenta que integran una de las enfermedades más complejas de exterminar. Dicha dificultad se debe a que las pequeñas mariposas, que pueden medir hasta 4 milímetros de longitud y poseen alas plumosas, penetran las hojas y se alimentan de la misma, impidiendo el efecto que generan pesticidas

Hay dos técnicas eficientes para evitar que el limonero de tu jardín sea víctima del minador. La primera consiste en colocar una trampa cromática color amarilla, ya que este color atrae al insecto y, en consecuencia, reduce su población. La otra técnica recomendada por especialistas consiste en rociar las hojas del cítrico con una mezcla de aceite de neem y agua (agregar 5 ml de este aceite vegetal a 1 litro de agua), generando que la savia de la planta sea amarga y no resulte apetecible para la mariposa.