VIDA SANA

Cómo alimentarse tras sufrir un infarto

La alimentación será vital para lograr una mejoría en nuestra salud después de haber tenido cualquier tipo de infarto.
lunes, 4 de octubre de 2021 · 09:02

Hay un conjunto de factores de riesgo que pueden desencadenar en un infarto. Ellos son la diabetes, obesidad, tabaquismo e hipertensión arterial. Y si bien el infarto más común es el del corazón, también se puede dar en otros órganos como en el cerebro (accidente cerebro vascular) o en el pulmón. Independientemente de donde suceda este grave problema de salud, es necesario mantener una alimentación específica que contribuya a la eficiente recuperación.

Luego de la muerte del tejido por falta de sangre y oxígeno, habitualmente ocasionado por la obstrucción de una arteria, es esencial modificar la alimentación para lograr una mejoría en el estado de salud. Es por eso que lo primero que debe hacer el individuo después del infarto, cuando ya se encuentra de regreso en el hogar, es acudir a un profesional de la nutrición.

Además es necesario cambiar algunos hábitos que influyen en nuestra salud, empezando por el abandono del cigarrillo, realizar actividad física y deportiva, y lograr una nutrición óptima centrada en una alimentación que tenga como base frutas, verduras, legumbres y frutos secos. También beber agua, al menos 2 litros por día, e intentar eliminar el consumo de gaseosas y alcohol.

En primera instancia, el paciente debe segmentar los momentos del día en 5: desayuno, almuerzo, merienda, cena y una colación a ser realizada en cualquier momento de la jornada. En la alimentación las grasas no deben superar el 30% del total que comamos durante el día, mientras que se recomienda eliminar snacks y comidas rápidas que contengan grasas saturadas, como así también evitar cocciones fritas.

Foto: Unplash

A medida que implementemos estos cambios después de sufrir un infarto, se notará cómo cambia la salud de la persona. Para potenciar esto también es necesario incorporar lácteos descremados y sacar la grasa que sea visible en los cortes de carne, ave y cerdo, aunque en lo posible se recomienda comer cortes magros. Un detalle no menor, es reducir el consumo de sal y reemplazarla con especias y hierbas aromáticas.

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