5 hábitos que ayudan a prevenir el envejecimiento

El sueño, el ejercicio y la actividad física serán ejes esenciales para combatir el envejecimiento. Si bien no hay una única receta que nos haga jóvenes para toda la vida, hay distintos hábitos y secretos que nos ayudarán a lidiar con la vejez, reduciendo al máximo los signos de la ancianidad, tales como las arrugas. En consecuencia, frente a las transformaciones físicas, mentales y metabólicas, te contaremos sobre 5 hábitos que retrasaran el envejecimiento.

El primero de los hábitos consiste en realizar actividad física cotidianamente. La actividad deportiva perfecta consiste en realizar durante media hora ejercicios cardiovasculares a un ritmo moderado. Luego se deberá combinar esto con un ejercicio de fuerza, reflejado en trabajo de pesas.

La alimentación sana también es vital en la antesala del envejecimiento. La nutrición indicada será vital para el cuerpo del adulto ya que evitará la oxidación causada por las partículas que se encuentran en el medio ambiente. Además, una correcta alimentación aportará, entre otras sustancias, antioxidantes, vitaminas y minerales. Por otro lado, pero siguiendo el mismo camino, la hidratación continua oxigenará la piel y combatirá la formación de arrugas pronunciadas.

El sueño es esencial en este análisis, ya que dormir bien constituirá  una de las herramientas más efectivas para luchar contra la vejez. Descansar de manera óptima traerá múltiples consecuencias positivas para el individuo ya que de disminuirá el estrés, la angustia y el cansancio, logrando funciones regeneradoras y estabilizadoras. Además, los mecanismos de reparación de la piel actúan mejor durante la noche, cuando el sujeto está descansando, momento en el cual se crean nuevos tejidos y células.

Por último, más allá de la actividad física, el ejercicio y el buen dormir, hay un factor externo que incidirá en el envejecimiento: fumar. Estudios han determinado que la piel de los fumadores envejece más rápido que las de aquellas personas que tienen un estilo de vida sano. En este caso, el humo del tabaco seca la piel y reduce el flujo sanguíneo, privándola de oxígeno.