7 alimentos que aumentan peligrosamente los niveles de glucosa

La diabetes es una patología que se caracteriza por un alto nivel de glucosa en sangre debe controlarse regularmente, ya que si no se controla, podría traer graves consecuencias para el paciente. Es por eso que las personas diabéticas deben tener un estricto control sobre los alimentos para que el azúcar en sangre no se eleve y altere al organismo. En consecuencia, te contaremos cuáles son las comidas que interfieren en la enfermedad y empeoran sus cuadros.

En primer lugar es fundamental saber que expertos sugieren cuidar el índice glucémico, lo que determina la capacidad que tiene un alimento para incrementar la glucosa, siendo un componente de importancia en los pacientes con diabetes. La carga glucémica es el elemento fundamental para determinar si un alimento produce un rápido aumento de los niveles de glucemia o no.

En este sentido, los pacientes que con diabetes deberán tener en cuenta dos aspectos centrales en lo que respecta a los alimentos: la glucosa y los carbohidratos que aportan. Es por ello que los recaudos deberán estar al máximo, especialmente porque los diabéticos no tienen prohibida la ingesta, pero sí tienen que medir la cantidad y calidad de productos. Acá será crucial leer las etiquetas de cada producto que van a comprar ya que ahí podrán encontrar los valores de azúcar e hidratos de carbono que aportan por porción.

Debido a sus características, existe un conjunto de alimentos que aumentarán peligrosamente los niveles de glucosa en sangre. En consecuencia, diabetólogos sugieren evitar la ingesta de pan, azúcar, miel, fideos, puré de patatas, cereales azucarados y helados. Y en caso de que no se pueda evitar, habrá que realizar un esfuerzo para comer la menor cantidad de porciones posibles.

Además, los mismos profesionales explican que los que padecen diabetes cuentan con alimentos que son beneficiosos para su tratamiento, ya que contienen nutrientes que disminuyen la glucosa. En este contexto, se sugiere comer quesos, carnes magras y productos lácteos; como así también productos con grasas sanas como aceites vegetales; y aquellos que aportan fibra como la avena o cereales.