JARDÍN
Así es cómo el vinagre te puede ayudar a ahuyentar las ratas de tu hogar y el jardín
Quienes más saben de jardinería colocan al vinagre como el aliado perfecto para combatir las plagas de roedores.
El jardín puede verse afectado ante la presencia de ratas que no solo dañarán los ejemplares, sino que también pueden ingresar al hogar y transmitir enfermedades. Entre los principales obstáculos para eliminar a los roedores y evitar males mayores podremos citar al vinagre, que además de ser un agente blanqueador de superficies e integrante de preparaciones gastronómicas, terminará con las mencionadas plagas.
El origen del vinagre surge casi de casualidad, ya que se lo obtuvo cuando comenzaron a elaborar las primeras bebidas alcohólicas. En consecuencia, su nombre en latín llevará por siempre esta historia: vinum, por vino, y acre, por agrio. Esta fermentación que podremos utilizar para terminar con las plagas de ratas puede presentarse de distintas formas. El argumento radica en que se trata de la fermentación de cualquier producto que contenga azúcar o almidón, por eso existe el vinagre de vino, manzana y alcohol, entre otros.
Según especialistas, el vinagre será el aliado perfecto para repeler ratas gracias a su aroma. Es que en el reino animal, un número importante de especies tienen el sentido del olfato más desarrollado que el de los humanos. Por lo tanto pueden ser más sensibles al olor de la fermentación.
En lo que respecta a las ratas, estas tienen más de mil tipos de receptores que se activan por olores, mientras que las personas solo tienen 400. Por lo tanto, si las plagas de roedores están presentes en el jardín o en el hogar, podremos acudir al vinagre para ahuyentarlas. Esto es gracias al ácido orgánico acético, quien es el responsable de otorgarle a la fermentación su olor característico que puede ser invasivo para los receptores olfativos.
En consecuencia, para mantener a las ratas alejadas del jardín o del hogar podremos colocar pequeños algodones con vinagre en grietas o aberturas; usar frascos con vinagre y agua y colocarlos donde se encuentre materia fecal de los roedores; o también asear armarios y despensas con una taza de la fermentación diluida.
