Estos son 3 errores comunes que arruinan los reguladores de energía

El regulador de energía es utilizado en cualquier hogar, especialmente por el auge de las nuevas tecnologías que conllevan a que los dispositivos estén enchufados a la electricidad, al menos, dos veces por día. Es por ello que las conexiones al suministro eléctrico deben ser múltiples y, en consecuencia, de un solo enchufe pueden desprenderse hasta 6 u 8 conexiones.

Ante estas situaciones, es probable que se comentan algunos errores y que estos desencadenen en un accidente doméstico. Sabemos que los reguladores de energía son herramientas que se conectan para extender la cantidad de tomacorrientes de una entrada. Según el precio que abonemos en el mercado, algunos traen reguladores de voltaje para que la electricidad se corte ante cualquier falla del dispositivo o electrodoméstico conectado. Pero los más frecuentes no tienen ningún tipo de interruptor.

Frente a ello, es menester tener en cuenta cuáles son los errores más habituales. Uno de ellos está centrado en sobrecargarlos, debido a que tienen circuitos internos que soportan una determinada cantidad electricidad. Por lo tanto, si se sobrepasa, se corre el riesgo de incendios, de daños en los aparatos o hasta el derretimiento del plástico. En consecuencia, es recomendable dejar siempre 1 o 2 espacios libres.

Otra de las falencias que presentamos al usar un regulador de energía es la utilización de aquellos que están dañados.  Es probable que un multiplicador de tomas se encuentre dañado de forma parcial (por ejemplo que uno de sus espacios esté quemado, pero tenga otros 4 o 5 intactos). Frente a esto, si queremos evitar problemas en el hogar, debemos desecharlo y comprar otro debido a que pueden existir daños en los circuitos internos.

Por último, y no menos importante, colocar un regulador de energía en espacios cerrados del hogar podrá traer graves consecuencias dentro del hogar por el calor que generan. Es por ello que, además, no tendremos que ponerlos cerca de alfombras, garantizando un entorno seguro. A su vez, hay que mantenerlos alejados de las pisadas, la manipulación de los niños o la mordedura de las mascotas.