Día del amigo: esta es la razón por la que eliges a tus cuates, según la ciencia

Los amigos celebran su día después de años y años en los que floreció la amistad. Y lo que pocos saben es el origen de ese vínculo. Es que si bien algunos hablan de conexión o química, la ciencia reveló por qué elegimos nuestras amistades y hoy te lo revelaremos. Es por ello que cuando te reúnas a festejar con tus cuates, tendrás que contarle esta novedad que proviene de un estudio israelí.

La publicación realizada en la revista Science Advances determina que las personas continuamente estamos registrando el olor de terceros y lo tenemos en cuenta para elegir a nuestros amigos. En este sentido, los científicos de Israel reunieron a 20 parejas de amigos del mismo sexo y sin una relación romántica, caracterizados por la creación de un vínculo de manera instantánea. A partir de ahí, los eruditos se encargaron de captar su olor corporal.

En este sentido, quienes integraron el estudio de amistad no debían consumir nada que pudiera alterar su olor corporal, tampoco podían utilizar loción y debían lavarse con un jabón sin perfumes. Después de este plan, el laboratorio les dejó una camiseta limpia con la que debían dormir para impregnar bien su olor corporal y una nariz electrónica fue la encargada de crear patrones olfativos. Este experimento concluyó que las personas que eran amigos tenían un mayor grado de similitud en su olor corporal entre ellos que con desconocidos aleatorios.

A partir de ahí, se determinó una doble explicación. La primera radica en que la amistad se da a partir del olor similar entre dos o más personas, por lo que inconscientemente elegimos amigos que huelen similar a nosotros. La segunda explicación es que el olor entre dos amigos se parece cada vez más debido que compartimos los mismos hábitos (es decir vivimos en la misma zona, comemos los mismos productos, vamos a los mismos restaurantes).

Esto conllevó a la ciencia a explicar si la amistad determina el olor corporal o viceversa. Es por ello que los científicos realizaron otro experimento en el que participaron 132 voluntarios. Primero dejaron su olor corporal en una camisa y después fueron emparejados para jugar a un juego en el que debían imitar con mímica los movimientos de la persona que tenían enfrente. El 70% de las personas sintieron una buena conexión entre los que tenían olores similares a ellas.