Cuándo podar los rosales, según los jardineros

Las rosas son una de las flores más hermosas y perfumadas que podremos tener en el jardín, pero para mantener los rosales en condiciones, es necesario conocer algunos trucos de jardinería. Principalmente hablamos de la poda, que se debe hacer en una época específica, garantizando así que las flores salgan de capullo con fuerza.

Estas plantas pertenecen a la familia de las rosáceas y requieren diferentes conocimientos de jardinería para que la especie crezca fuerte y sana. Y según especialistas, en lo que respecta a la poda, durante el primer año, tras plantar el rosal, es mejor no podarlo, debido a que todavía no ha formado completamente sus raíces. 

Y en lo que respecta al año calendario, la época perfecta para podar los rosales es durante el mes de marzo, cuando acaban los meses de mayor frío, aunque es conveniente hacer otra poda en noviembre para eliminar las ramas y flores marchitas. Además, quienes más saben en jardinería manifiestan que cuando finaliza el verano se debería poder el ejemplar para prepararlo para el invierno.

En la misma línea, es necesario saber sobre qué tipo de rosales haremos el trabajo y cómo hacerlo. En primer término, las herramientas a utilizar son un punto importante a tener en cuenta, ya que la tijera bypass son las adecuadas para las ramas finas y después, la tijera yunque, que se usa para las ramas más gruesas. Y para hacer bien el corte en las rosas, la yema, es decir, el origen de un brote sobre la rama, es el punto de referencia para tajar. Cuanto más corto esté cortado el rosal, mejor. Lo habitual es hacer un corte largo sobre las plantas muy vigorosas, cortando por encima de la quinta a la séptima yema desde la base.

Para hacer este trabajo de jardinería, hay que tener en cuenta también que se hace cinco o seis milímetros por encima de una yema orientada hacia fuera de la planta, cortando al bies, creando una inclinación opuesta a la yema. Mientras que en cuanto a los rosales trepadores, hay que podar la estructura y luego eliminar las ramas antiguas. Y si son rosas arbusto, hay que reducir las ramas en invierno, entre 70 y 80 centímetros del suelo. Así, habrá que quitar algunas ramas principales más viejas en beneficio de las nuevas.