¿Cómo invocar a tu ángel de la guarda? Esta es la oración

La creencia en ángeles y en la existencia de un ser celestial que vela por nuestra protección y bienestar es común entre muchas personas. Este ser, conocido como el ángel de la guarda, se cree que es un protector designado desde el nacimiento de cada individuo. A pesar de su naturaleza invisible, se considera que están constantemente presente, brindando cuidado y compañía a la persona bajo su ala protectora. En este contexto, exploraremos una oración especial que te guiará en cómo invocar y conectarte con tu propio ángel guardián, una práctica espiritual que a menudo proporciona consuelo y apoyo en la vida diaria.

En la creencia religiosa, los ángeles de la guarda son considerados como la manifestación de la presencia divina de Dios en la Tierra. Se les atribuye la importante tarea de proteger y orientar a las personas desde el momento de su nacimiento. Cuando nos encontramos en momentos de angustia, soledad o en busca de soluciones para nuestros problemas, podemos recurrir a la invocación de nuestro ángel custodio. Este proceso requiere simplemente un momento de serenidad y una fe profunda para establecer ese vínculo de protección y guía espiritual.

Cuando desees establecer contacto con su ángel de la guarda, es recomendable hacerlo en un lugar tranquilo, de preferencia en soledad, y alejarse de cualquier distracción, como el teléfono móvil. Enfoque su atención exclusivamente en esta comunicación. El primer paso consiste en liberar su mente de preocupaciones y visualizar un encuentro con su protector. Puede que no logre una conexión profunda en la primera sesión, pero con el tiempo, la imagen volverá cada vez más vívida, hasta llegar a sentir una auténtica conversación con él.

La comunicación con los ángeles de la guarda suele manifestarse a través de la voz interna. Después de establecer un diálogo con ellos, confía en lo que nos dicta la mente y el corazón es fundamental. No obstante, para aquellos que no se sienten cómodos expresándose verbalmente, la oración se convierte en una opción preferida. Una de las más conocidas es aquella que incluso los niños repiten antes de dormir, pero es importante recordar que esta oración es igualmente adecuada para los adultos: "Ángel de mi guarda, mi dulce compañía, no me desampares ni de noche ni de día, hasta que me pongas en paz y alegría con todos los santos, Jesús, José y María".

“Oh, ángel santo de mi guarda, a cuya custodia y protección con admirable providencia me encomendó el Altísimo desde el primer instante de mi vida: yo te doy gracias, santo ángel mío, por el cuidado que has tenido de mí, por la compañía que me has hecho y por haberme librado de los peligros de alma y cuerpo. Por tanto, a ti me encomiendo de nuevo, glorioso protector mío. Defiéndeme de mis enemigos visibles e invisibles, y ayúdame con tus santas inspiraciones, para que siendo fiel a ellas, logre gozar de tu compañía en la patria celestial”.