Frases

¿Cuál es el origen de la frase 'el que se fue a La Villa perdió su silla'?

Esta es una de las frases más populares entre los mexicanos, y se usa mayormente cuando alguien se levanta de su asiento y alguien se sienta en su lugar o alguna situación similar.
martes, 27 de febrero de 2024 · 13:31

Los mexicanos somos conocidos por los dichos populares que muchas veces son los que nos representan debido a la peculiaridad y significado que tienen. Dentro de estos dichos hay una frase que utilizamos para referirnos a una persona quien dejó su lugar y alguien más lo ocupó ésta es 'El que se fue a La Villa perdió su silla', a continuación te decimos cuál es el origen de esta peculiar frase.

Esta frase como mencionamos es una de las más ocupadas por los mexicanos y hace referencia a una persona que ha dejado su lugar y al regresar por él alguien más ya lo está ocupando, esto puede aplicarse a diferentes situaciones de la vida diaria. Sin embargo, hay que señalar que esta frase tiene su origen en España, no obstante los mexicanos la adoptamos puesto que como dice "La Villa", se cree hace referencia a la Basílica de Guadalupe.

¿Cuál es el origen de la frase 'E que se fue a La Villa perdió su silla'?

De acuerdo con varios expertos en historia, hay que señalar que el origen de la frase 'El que se fue a La Villa perdió su silla', no es mexicano sino que proviene de España. Con el paso del tiempo los dichos y refranes van cambiando algo así como el juego del teléfono descompuesto, y es que la frase original menciona a Sevilla no a "La Villa", ya que se trata de un suceso histórico que sucedió en esta ciudad española.

Según información compartida en el Centro Virtual Cervantes, la frase se basa en una situación ocurrida en el reinado del rey de Castilla, Enrique IV (1454-1474). Se dice que el rey concedió el el arzobispado de Santiago de Compostela a un sobrino del arzobispo de Sevilla, Alonso de Fonseca, pero el sobrino estaba lejos de la ciudad así que pidió a su tío que lo ocupará mientras él estaba en Compostela.

Tiempo después, cuando quiso volver a Sevilla, el sobrino del arzobispo se negó a dejar el puesto y dárselo, ante la situación tuvo que recurrir a un intervención del rey de castilla, así como a castigos como ahorcamiento para poder recuperar su puesto. Este es el origen de la frase 'El que se fue a La Villa perdió su silla', la cual originalmente era 'El que se fue de Sevilla perdió su silla'.