Oración
La PODEROSA oración para invocar al Espíritu Santo y proteger a tu familia en agosto
El Espíritu Santo es la tercera persona de la Santísima Trinidad en el cristianismo, considerada la presencia divina que guía e inspira a los creyentes.En agosto, es fundamental fortalecer la protección espiritual de nuestra familia, y una manera poderosa de hacerlo es a través de la oración. Invocar al Espíritu Santo nos ayuda a rodear y proteger a nuestros seres queridos con una barrera de amor y paz divina, esta poderosa práctica brinda la serenidad necesaria para enfrentar cualquier desafío que pueda surgir durante este mes.
La oración para invocar al Espíritu Santo es conocida por su capacidad para proteger y guiar a las familias en tiempos difíciles. En agosto, cuando las energías pueden estar desbordadas, es crucial recurrir a esta poderosa invocación para asegurar la armonía en el hogar, al invocar al Espíritu Santo, estamos pidiendo su presencia constante, lo que nos ayuda a mantener la unidad en el entorno familiar.
Además, la poderosa oración al Espíritu Santo es una herramienta invaluable para quienes buscan protección y guía espiritual. Agosto es un mes en el que muchas personas sienten la necesidad de renovar su conexión con lo divino, y esta invocación es ideal para ello, al hacerlo, no solo estamos protegiendo a nuestra familia, sino también fortaleciendo la fe y confianza en el Espíritu Santo.
Finalmente, invocar al Espíritu Santo a través de esta oración poderosa es una forma de asegurar que la energía divina fluya en nuestro hogar durante todo el mes de agosto. Es una manera efectiva de proteger a la familia y de pedir por su bienestar y felicidad. La constancia en esta práctica puede transformar nuestras vidas, brindándonos paz, amor y protección en cada día del mes.
Oración para invocar al Espíritu Santo y proteger a tu familia
Ven Espíritu Santo, envía tu luz desde el cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo.
Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo, tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta en los duelos.
Entra hasta el fondo del alma, divina luz y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento.
Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma el espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero.
Reparte tus Siete Dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno.
Amén.