Papa Francisco
El último MENSAJE que dejó el Papa Francisco como petición para su sucesor en el Vaticano
El diálogo fue conducido por el sacerdote jesuita Pedro Chía, director de la Oficina de Comunicación de la Provincia de China de la Compañía de JesúsApenas unos días antes de su fallecimiento, el Papa Francisco concedió lo que sería su última entrevista que ha comenzado a resonar como su legado final a la Iglesia Católica. La conversación, grabada en la biblioteca del Palacio Apostólico y mantenida en reserva hasta después de su partida, ha sido finalmente difundida por El Cronista, revelando el último mensaje que dejó como petición para su sucesor en el Vaticano.
El diálogo fue conducido por el sacerdote jesuita Pedro Chía, director de la Oficina de Comunicación de la Provincia de China de la Compañía de Jesús, en un espacio que tuvo más de confidencia personal que de acto institucional. Con su tono habitual, el Papa Francisco no habló de poder, ni de geopolítica, sino de lo que siempre colocó en el centro de su vida.
¿Cuál fue el último mensaje que el Papa Francisco dejó como petición para su sucesor en el Vaticano?
“Que rece… porque ya el Señor habla en la oración”. Esa fue su respuesta al ser consultado sobre el mensaje que dejaría como petición para su sucesor como próximo Papa en el Vaticano. Una frase corta, sencilla, casi susurrada, pero que encierra la esencia de su pontificado: el liderazgo espiritual no se construye con estrategias humanas, sino con escucha atenta de la voluntad divina.
Esta afirmación no es solo una petición al futuro Papa, sino un último mensaje de principios para todos los fieles, especialmente para los pastores y líderes de la Iglesia. Francisco quiso dejar claro que ninguna transformación profunda puede darse en la Iglesia sin una raíz en la vida espiritual.
La oración es donde el alma del líder se encuentra con Dios; todo lo demás es accesorio, habría dicho momentos después de su frase central, según fuentes cercanas al sacerdote entrevistador.
El último mensaje cobra una dimensión especialmente emotiva al conocerse luego de su fallecimiento. Quienes acompañaron al Papa Francisco en sus últimos días aseguran que enfrentó la muerte con la misma fe tranquila y confiada con la que condujo su vida pública. La entrevista no fue una despedida dramática, sino una reafirmación de sus principios más íntimos.
En esa simple frase que ahora recorre el mundo católico, el Papa Francisco dejó condensada toda una teología del liderazgo y de la vida cristiana. No es una instrucción, ni un mandato, ni siquiera un deseo formal. Es una súplica sencilla, como las que dirigía a Dios cada mañana desde su habitación en Santa Marta: que quien venga después de él, no se olvide nunca de hablar con el Creador.