Papa León XIV
Así luce la modesta habitación en Casa Hipona dónde se quedó el Papa León XIV en su visita a México
La habitación donde se hospedó el Papa León XIV en su visita a México destaca por su sencillez y reflejo de su estilo humilde. En Casa Hipona aún se conserva tal como lucía durante su estancia.Así luce la modesta habitación en Casa Hipona donde se alojó el Papa León XIV durante una discreta visita a México, cuando aún no era pontífice. En aquel entonces, Robert Francis Prevost mantenía un perfil sencillo, lejos de los lujos que muchos podrían imaginar para una figura tan influyente dentro de la Iglesia. Su paso por Guanajuato, dejó huella entre quienes convivieron con él por su carácter humilde y cercano.
La habitación que ocupó en Casa Hipona refleja perfectamente el estilo de vida que ha caracterizado al ahora Papa León XIV, sin ostentación, con lo esencial para el descanso y la oración. Durante su visita a México, el hoy pontífice convivió con religiosos locales y mostró su habitual apertura al diálogo y a la comunidad. El lugar luce exactamente como en aquel entonces, como testimonio de la sencillez con la que el primer Papa estadounidense.

Así luce la modesta habitación en Casa Hipona dónde se quedó el Papa León XIV en su visita a México
Así luce la modesta habitación número 101 en Casa Hipona, ubicada en Moroleón, Guanajuato, donde el Papa León XIV se alojó en varias ocasiones durante su visita a México antes de ser elegido pontífice. En aquel entonces, Robert Francis Prevost era Superior General de la Orden de San Agustín y acudía con frecuencia a este recinto religioso para convivir con los frailes agustinos y participar en encuentros formativos.
El padre agustino Jorge Lara, encargado de Casa Hipona, recuerda con afecto esas visitas y la cercanía del hoy Papa León XIV. "Siempre mantuvo un perfil modesto, sí de autoridad, pero sencillo. Muchos le llamaban Roberto, como es su nombre", compartió. Durante su estancia, el futuro pontífice comía, cenaba y descansaba allí, sin ningún tipo de protocolo especial, comportándose siempre con humildad y accesibilidad.
La habitación en sí es sencilla, equipada con una cama matrimonial, única diferencia frente al resto de las 40 habitaciones del lugar, una pequeña mesa con dos sillas, clóset de madera, baño privado, un crucifijo en la pared y una ventana con vista al jardín. A pesar del tiempo, el cuarto se mantiene pintado de blanco, exactamente como cuando lo ocupó Robert Prevost, lo que refuerza la sensación de que su esencia permanece viva en el lugar.
Para quienes conocieron de cerca su paso por Casa Hipona, la visita del entonces líder agustino dejó una profunda impresión. Su estilo de vida modesto y la forma en que se relacionaba con la comunidad reflejan los mismos valores que ahora, como Papa León XIV, busca proyectar al frente de la Iglesia. En este rincón del sur de México, la historia de su vocación tiene una marca tangible y significativa.