Guerra Mundial

Tercera Guerra Mundial: Dónde está el búnker del fin del mundo para sobrevivir a las bombas atómicas

En medio del temor a una posible Tercera Guerra Mundial, crece el interés por lugares seguros para sobrevivir.
viernes, 27 de junio de 2025 · 11:00

La amenaza de una Tercera Guerra Mundial ha dejado de parecer lejana ante el complejo panorama geopolítico actual. En este escenario incierto, muchas personas se preguntan cómo sobrevivir a un posible ataque nuclear, lo que ha puesto en el centro de la conversación la existencia de un búnker oculto, diseñado para resistir el impacto de bombas atómicas y ofrecer refugio en caso del fin del mundo.

Aunque los expertos aún consideran improbable una guerra total, la inestabilidad internacional, las rupturas de acuerdos y los enfrentamientos armados alimentan la inquietud. Líderes como Donald Trump y Vladimir Putin han mencionado públicamente la posibilidad de una Tercera Guerra Mundial, lo que ha impulsado a ciertos empresarios y ciudadanos a prepararse para lo peor, como un ataque de bombas atómicas

Imagen: iStock

Un caso notable es el del empresario argentino Martin Varsavsky, fundador de Jazztel, quien ya ha tomado acciones concretas para enfrentar un posible fin del mundo. Su preocupación por las consecuencias de una guerra nuclear lo llevó a investigar y considerar lugares estratégicos donde construir o adquirir un búnker altamente protegido. En un contexto donde las bombas atómicas podrían cambiarlo todo en segundos, encontrar un lugar seguro para resguardarse se ha convertido en una prioridad para muchos.

 Dónde está el búnker del fin del mundo para sobrevivir a las bombas atómicas

Uno de los lugares más comentados cuando se habla del búnker del fin del mundo está en Argentina, específicamente en la provincia de Mendoza. Se trata del Refugio Wamani, una propiedad de 32.000 hectáreas ubicada en el departamento de San Carlos, cerca de la imponente cordillera de Los Andes. A unos 3.100 metros sobre el nivel del mar, este terreno árido y aislado se perfila como el lugar perfecto para sobrevivir a una eventual Tercera Guerra Mundial, lejos de grandes ciudades y, por tanto, fuera del alcance inmediato de posibles ataques con bombas atómicas.

La ciudad más cercana se encuentra a 150 kilómetros y el último poblado habitado está a 75, lo que convierte al Refugio Wamani en un sitio prácticamente inaccesible para la mayoría. Este aislamiento extremo es justamente lo que lo convierte en un potencial búnker natural, según su dueño, el empresario Martín Varsavsky. Él considera este refugio como su plan B en caso de un colapso global, donde pueda mantenerse a salvo si se desata el temido fin del mundo