Se fue sin decir adiós
De México a Israel: así fue como Andrés Roemer ESCAPÓ tras denuncias de ACOSO sexual y VIOLACIÓN
El diplomático y escritor ya cuenta con una orden de aprehensión por parte de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de MéxicoEl día de ayer la 5 de mayo, la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJ-CDMX) giró una orden de aprehensión contra el escritor y diplomático Andrés Roemer por el delito de violación luego de que una denuncia presentada en marzo, lo acusara del cargo.
70 días después de la primera denuncia, suman ya más de 60 mujeres más que confesaron haber vivido un episodio con el mismo modus operandi en cada uno de los casos. Por su parte Andrés Roemer se fue a vivir a Israel.
A pesar de que el estado de Medio Oriente ha reforzado sus medidas en cuanto al ingreso de extranjeros por la pandemia de Covid-19, existen excepciones que posibilitaron la fuga del presunto violador.
De acuerdo con el testimonio de una víctima, recogido por Reporte Índigo el 29 de abril, Roemer viajó a Tel Aviv alrededor de dos meses atrás, luego de los movimientos feministas del ocho de marzo, tras los cuales su casa fue protegida por la policía de las pintas y manifestaciones de colectivos feministas.
Las denuncias ya habían dado inicio desde 2019, con testimonios de hasta 2002, pero fue la declaración de la bailarina Itzel Schnaas, la que estalló las denuncias contra el escritor y colaborador de Tv Azteca.
De acuerdo con colectivo Periodistas Unidas Mexicanas, Andrés Romer se instaló en Geula Street, en la ciudad centro de la economía global israelí, donde también fue captado acosando mujeres con el modus operandi que efectuó en México.
Según el testimonio de una mujer de 30 años, fue acosada por Roemer en un bar de Tel Aviv el 19 de abril. Fue a través de la agente de bienes raíces que el ex diplomático dio con el contacto de la víctima para ayudarlo a “reconocer” el área, pues estaba solo y deseaba “hacer amigas”.
En el encuentro, Roemer se insinuó a la joven y reconoció estar casado e incluso usó otro nombre, Andrés Rosenberg, pero se delató al indicar que tenía una calle con su nombre en ese país y se jactó de ser un hombre notable en México.
El agresor habría acudido a Israel para el Aliá, un viaje de inmigración entre la comunidad judía que consiste en volver a la Tierra Prometida reconocido en la llamada Ley del Retorno.
Fue así que se levantaron las primeras sospechas sobre su ingreso, ya que el Aliá es realizado por quienes no son residentes. A ello, Roemer argumentó que conocía a personas que le ayudaron.
Sin embargo, a inicios de marzo, Israel llegaba solo a su tercera fase para volver a la normalidad tras la pandemia por Covid-19, por lo que aquellos que deseen ingresar al país de Medio Oriente deben cumplir con una cuarentena estricta.
La entrada de extranjeros se permite siempre que se trate de alguien con una autorización, con pruebas negativas 72 horas antes de viajar y una nueva evaluación a la llegada.
Además de personas que atiendan emergencias, servicios fúnebres, cuestiones humanitarias, comisiones de seguridad, atletas, estudiantes de la diáspora judía Masá, alumnos de centros religiosos o voluntarios, pueden entrar quienes cuenten con una visa de inmigración o estén en proceso de inmigrar bajo programas de absorción Aliá, con previa autorización del Ministerio de Absorción o la Agencia Judía.
“La Ley de Retorno estipula que todo judío, su cónyuge, sus hijos y nietos y sus respectivos cónyuges tienen derecho a inmigrar a Israel (salvo casos excepcionales que se detallan en la Ley de Retorno). Todo titular de estatus de inmigrante (olé) tiene derecho a recibir ayuda especial que oficinas gubernamentales y otros organismos otorgan en función de los criterios establecidos para cada caso”, de acuerdo con el Ministerio de Aliá y de Integración.
De ese modo podría haberse tratado de un caso de influyentismo el que permitió un escape tan pronto el de Andrés Roemer, pues para ingresar se deben cumplir normal de salud y legales muy estrictas y a la luz de más de 60 de denuncias de violación y acoso, es muy poco probable que las autoridades hayan obviado la situación.
El ex diplomático mexicano pudo adquirir la ciudadanía israelí mediante la Ley del Retorno, en el momento en que llegó o con el certificado de Olé.
Tras su arribo al país, las personas tienen un plazo de tres meses para manifestar que no desean adquirir la ciudadanía, pero esta puede ser negada a quienes tengan un pasado criminal que ponga en peligro el bienestar público.
A pesar de la reciente orden de aprehensión de las autoridades mexicanas, entre Israel y México no existe tratado de extradición vigente, por lo cual podría prolongarse la solicitud de repatriación ante tribunales de aquel país.
Las cuentas del presunto agresor fueron congeladas solo en México y si las autoridades no lo hallan en su domicilio, podrá ser fichado ante la Interpol y así pueda ser localizado en más de 190 países.
mgm