El Chavo del 8: esto es lo que verdaderamente pasó con el barril

El Chavo del 8 marcó generaciones enteras por su humor, enseñanzas y la aparición de personajes entrañables que han sobrevivido pese a que la exitosa serie mexicana dejó grabar episodios en 1980, aunque varias cadenas la siguen repitiendo con gran éxito. 

Además de la gran llegada al público, también se generaron muchos mitos entorno a El Chavo y aún persisten muchas incógnitas de las inspiraciones de su creados: Roberto Gómez Bolaños. Un ícono del programa sin dudas es el barril, la supuesta casa de El Chavo, pero para desconocimiento de muchos, el protagonista de la ficción nunca vivió allí. 

El mismo Roberto Gómez Bolaños aclaró en su libro El diario de El Chavo del ocho, publicado en 1995, una de las mayores incógnitas entre los fanáticos. El niño huérfano que un día apareció en la vecindad, no siempre usó el barril como refugio provisorio luego de hacer alguna travesura o para escapar de los regaños de Don Ramón. 

En realidad, El Chavo del Ocho vivía justamente en el departamento número 8, allí residía una anciana que lo “adoptó” porque le hacía recordar a sus nietos. Luego la mujer murió y el niño huérfano debió abandonar ese domicilio ante la llegada de un nuevo inquilino. Por segunda vez en su corta edad se quedó en la calle. 

Sin embargo, no abandonó su querida vecindad. Sus amigos, como Quico o La Chilindrina lo invitaban a dormir en sus casas y El Chavo nunca tuvo que pasar una noche en el patio de la vecindad. La llegada de El Chavo a la vecindad se dio luego de que escapara de un orfanato donde era maltratado. Nunca conoció a su papa y su madre, que trabajaba sin descanso, un día no regresó a buscarlo a la guardería y quedó desamparado.